00048. Una extinción que se puede concretar
La extinción es intrínseca a la vida. La existencia conlleva el poder dejar de existir en algún momento. Y esa extinción es obediente a dos causas fundamentales: los fenómenos bioevolutivos y los fenómenos geocosmicos con repercusión biológica.
El cese bioevolutivo es el devenir normal derivado de los cambios que una especie sufre de su interacción con el medio. Por otro lado debemos contar con la extinción, masiva o no, que obedece a las causas nada controlables, a diferencia de la anterior y entre las que se encuentran las causas intrínsecas de la biosfera. Son algunas de ellas: la erupción de supervolcanes, las fluctuaciones en el campo magnético terrestre, las glaciaciones globales, los impactos de los asteroides y las explosiones de las supernovas. Una y otra son extinciones cuasi determinadas desde lo humano.
Añadida a este ultimo tipo de extinción, la masiva, hay que contar con un elemento causal importante que es el factor humano, el homo sapiens sapiens extintor, y de cuya controlabilidad aun podemos albergar alguna esperanza. El homo extintor seria causal en las masivas y universales y, lo es ya, en las masivas y particulares. El homo extintor seria causa de su propia extinción.
La única posibilidad de albergar esperanza y poder hacer un uso de esa controlabilidad es que los transhumanos algún día, antes de que llegue una situación catastrófica e irreversible, tomen el poder en la biosfera.
Modificado 09/10/2012 e.c.
Pylon & Sánchez