Neurología y Neurofilosofía para Transhumanos 

        Pylon Sánchez , neurólogos neurofilósofos  

00075. Alter y Ego


 


 

Alter ego es otro yo, lo que no quiere decir que se limite a dos. El ego es uno, pero  el ego con distintos matices constituye el alter ego que no ha de ser singular. Pueden ser varios yoes.

Patologizado el alter ego por los vigilantes de las conductas humanas se le ha llegado a describir como anormal o excepcional al hecho de que coexistan dos, al menos, en un mismo humano.

Sin embargo, todo ser vivo animal humano – lo reconozca públicamente o no -  cuenta al menos con dos de esos egos del alter. Y es aun mas fructífero desde el  punto de vista del pensamiento y de la acción que haya más de dos (siempre que la corteza prefrontal - generalmente del lóbulo frontal izquierdo- no pierda el control de sus yoes).

La disociación en el terreno conductual no es algo anormal, es como mucho un mecanismo normal de defensa ante lo disconfortante y no tiene mayor riesgo de un existir desequilibrado salvo si adquiere dimensiones desaforadas. Igual cabe decir de la yuxtaposición.

La vida normal de cualquier individuo puede estar bien llevada, puede ser bien conducida, puede ser prudente con dos o mas ego. Sin embargo un solo ego puede ser suficientemente auto y heterodisconfortante como para estar en brazos del descontrol.

Luego los homo normales no pudorosos, los más osados, hacen uso de su alter  ego en la vida objetivable por los otros, mientras los tímidos, los apocados y los  muy moralizados solo recurren a sus otros egos en la intimidad, en el pensamiento silencioso, en el ensueño despierto y a veces durante sus ensueños del dormir.

Algunos humanos equiparan la confesión de más de un ego a reconocer que se tiene un amante, y para no dejarlo fuera de la representación social recurren a pseudónimos, heterónimos, personajes de sus escritos o incluso autoretratos clara o sutilmente escondidos en sus obras.

Nosotros – los firmantes - somos al menos dos ego: Charles y Carlos. Si resultase algún otro le concederemos nombre y contenido además de incluirlo en nuestras escenas reales, cotidianas, sin necesidad de convertirlo en un personaje de novela o en un figurante de escena de distintas representaciones visuales.


 

15/10/2012 e.c.


 

Pylon & Sánchez