Neurología y Neurofilosofía para Transhumanos 

        Pylon Sánchez , neurólogos neurofilósofos  

00079. Nuestra conducta dañina o inocua

Solicitamos disculpas biológicas


 

Nosotros, en nuestro operar existencial, hemos perjudicado algunas veces a unos y a otros. Nosotros, en esta simbiosis animal y racional de nuestras vidas determinadas, no hemos dañado por dañar aunque a veces se dañe por el placer de hacerlo. Pero aun en este caso de placentero hacer nos conducimos por imperativos genéticos que van desde nuestra paleo genética a la epigenética circunstancial que nos acompañe en cualquier momento de nuestras neuroexistencias.

Y es que tan neurobiológico es ser dañino como ser inocuo o como ser neutro. Nuestras acciones son reflejos, más o menos elaborados, propios de la nerviosidad de nuestro ser en los que intervienen desde el más simple de los mecanismos hasta complejísimos funcionamientos marcados por la genética y la epigenética circunstancial de nuestro desarrollo conductual.

Por todo lo anterior no no sentimos culpables de los efectos colaterales de nuestras acciones y por ello no sentimos arrepentimientos, pero si nos disculpamos mediante unas disculpas biológicas.  Así, los que nos consideramos racionales pero con el inseparable sesgo de la animalidad no podemos hacer otra cosa que escusar nuestras conductas sobre la base de una herencia circunstancializada sobre la que nuestra intervención carece en muchos casos de fuerza antideterminista y circunstancializable.

Bien está que como racionales queramos proteger a otras especies en peligro de extinción, pero está bien también que como racionales implicados en primera persona con nuestra propia especie la protejamos de su extinción y consideración animal racional. Consideremonos lo que somos, animales racionales, pero animales ante todo. No huyamos de nuestra esencia con medidas de nuestros valores que se basan en  moralidades y no en éticas científicas y biológicas.




27/10/2012 e.c.
 

Pylon & Sánchez