Neurología y Neurofilosofía para Transhumanos 

        Pylon Sánchez , neurólogos neurofilósofos  

00090. El sombrero cordobés como alternativa a la diversidad de métodos terapéuticos.

Un símil distante. No es broma.
 

 

Todo método, toda terapia, tiene validez durante un tiempo – al menos en sus inicios- . Luego alguna otra alternativa le resta su competencia por mejorar, presuntamente, el argumento en la interacción bidireccional del paciente y el terapeuta.

Queremos aquí observar que la diversidad de métodos o terapias son tan eficaces como puede serlo un sombrero cordobés. Y utilizamos este símil tan distante a consecuencia de la observación de una persona que se dedica ya largo tiempo a presidir una asociación de individuos con Humor Bipolar. Esta amiga dice con frecuencia a sus adscritos: “Si me decís que os mejoráis cuando os ponéis un sombrero cordobés, yo me lo creo. Y, además,os digo: ! que no os falte ese sombrero ! ”.  


Pues bien, en muchas de las situaciones disconfortantes de la neurología de la conducta, la raíz del problema reside principalmente en no reconocer (por no explorar, admitir o recordar) la causa primaria de nuestro desasosiego. Y es que, aunque siempre sabemos cual es el miedo más primario del conjunto de nuestro disconfort no nos enfrentamos directamente a él por miedo precisamente y dejamos que otros, a veces terapeutas, lo hagan por nosotros. Interpretamos aquí una representación en una obra que hemos escrito nosotros mismos y que conocemos, por ello, mejor que nadie, pero nos dejamos dirigir en la escenificación interactiva por otros a los que se le supone saber hacerlo mientras nosotros adecuamos nuestra sabiduría para ello. En conclusión, cambiamos nuestra subjetividad por la subjetividad del Otro.


 

Con lo anterior queremos decir que todo método o terapia debe llevar implícitos por necesarios un escudriñamiento, una admisión y/o una rememoración de aquello que pudo ser el causa primera justificante del displacer que lleva a y nos lleva de esa conducta. Y es que el sombrero – como cualquier terapia-, en este caso cordobés, es un útil que nos cubre, nos significa y , lo que es más importante, nos recuerda que la testa está ahí, que hay que protegerla de los miedos y reconocer la naturaleza de estos. Que el sombrero nos lo pueden prestar, lo podemos encontrar casualmente o lo podemos comprar al darnos cuenta, de forma hetero o autoinducida, de su utilidad. Que lo importante es que no nos falte el sombrero.

Ya hemos aludido en otros espacios, y aquí viene como anillo al dedo, a que no hay más cera que la que arde.


 

30/11/2012 e.c.

Pylon & Sánchez